miércoles, 8 de junio de 2016

                            AMOR INCONDICIONAL


"La única cosa que conozco que realmente sana a las personas es el amor incondicional"
"La última lección que tendríamos que aprender es el amor incondicional, que incluye no solo a los demás, sino a nosotros mismos"
                                                    Elisabeth Kübler Ross

                                                                     


Cuando se habla de amor incondicional, algunos lo definen como la verdadera clase de amor, mientras que otros dudan ¿realmente es posible el amor incondicional? Tal vez pueda ayudarnos la definición que daban los antiguos griegos del amor ágape. Se referían a él como la decisión de amar sin importar las circunstancias. Aquí se aplicarían las tres características del ser humano. Conciencia darse cuenta de la existencia de este tipo de amor, Raciocinio, capacidad de analizar su significado y Voluntad es decir tomar la decisión de ponerlo en práctica.

Tal vez el mejor ejemplo de amor incondicional es el que se tiene por los hijos. Y aquí habría que señalar la diferencia entre  amor incondicional y sobreprotección. Ya que a veces creemos que estamos mostrando amor cuando tratamos de hacer las cosas por los hijos, de niños sus tareas, de adultos resolver todas las situaciones difíciles que se les presentan. Lo que logramos es obstaculizar su crecimiento, el que puedan vivir sus propias experiencias y aprender de ellas. A veces el decirles "no" es una forma difícil pero auténtica de mostrarles nuestro amor.

Para practicar el amor incondicional hace falta tener una buena dosis de autoestima, es decir, no depender de que los demás nos quieran o nos acepten. Para practicar el amor incondicional se debería de empezar con uno mismo ¿Cómo podemos ser capaces de amar a otros, si no nos amamos a nosotros mismos?

¿Se puede desarrollar el amor incondicional? Jan Anguita asegura que sí y propone el siguiente ejercicio: Elegir a una persona que no te guste o que no te caiga muy bien (seguro encuentras por ahí algunos buenos ejemplos) y entonces enviarle toda tu luz y tu amor por algunos minutos a esa persona. Esto no significa que te guste su manera de ser o de pensar. Tampoco es necesario que le digas nada. Simplemente deséale el bien a él(ella) y a sus seres queridos. Al día siguiente haz el mismo ejercicio con otra persona y así sucesivamente. ¿Qué les parece si lo intentamos? ¿qué podemos perder? más que tal vez algunos minutos al día.


Para finalizar quiero hablarles un poquito de Elisabeth (sí, su nombre es con ese no con zeta) Kübler Ross y ojalá les de curiosidad de investigar más sobre ella en Internet o  leer sus libros.
Ella nació en Zurich, Suiza el 8 de Julio de 1926, fue médico y sin lugar a dudas la persona más experta en temas relacionadas a la muerte y los enfermos terminales con los que trabajó por muchos años. Elisabeth definió las etapas por las que pasan las personas  con enfermedades terminales, cercanas a morir o que han sufrido grandes pérdidas: Negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Una clasificación que continúa vigente. Se casó con el Dr Emmanuel Ross, de quien luego se divorció, un excelente neuropatólogo a quien tuve la fortuna de conocer pues fue mi maestro en la Universidad de Loyola, Chicago Il. Elisabeth falleció o como a ella le gustaba decir se "graduó de la vida" el 24 de Agosto de 2004. Les recomiendo particularmente sus libros: "Sobre la muerte y los  Moribundos" "La Muerte, un Amanecer" y especialmente "La Rueda de la Vida" que he leído varias veces y en cada una me ha dejado grandes enseñanzas.
Hasta la próxima!

Bertha A Alonso Castillo

2 comentarios:

  1. Bertha que gusto, no sabía que conociste al Dr. Ross, yo también soy admiradora de Elisabeth desde que tomé un diplomado en tanatoligia. Algún día hablaremos de ello. Besos.

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  2. Bertha que gusto, no sabía que conociste al Dr. Ross, yo también soy admiradora de Elisabeth desde que tomé un diplomado en tanatoligia. Algún día hablaremos de ello. Besos.

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